Avalar un préstamo para un ser querido parece un gesto noble, pero puede convertirse en una pesadilla financiera y emocional. Expertos advierten que esta decisión, aparentemente simple, conlleva riesgos que podrían comprometer tu patrimonio y hasta tus relaciones personales.
Isabel Sánchez, especialista en finanzas personales de la Universidad del Pacífico, explica con crudeza la realidad: «Cuando avalas, firmas un contrato donde te comprometes a pagar toda la deuda si el titular no lo hace. La entidad financiera te exige como aval precisamente porque no confía plenamente en la capacidad de pago de quien solicita el crédito».
El Costo Real de Avalar
Las consecuencias de ser aval van más allá de lo económico:
- Responsabilidad solidaria: Debes responder con tus bienes presentes y futuros.
- Mancha en tu historial crediticio: Si el titular no paga y tú no puedes cubrir la deuda, tu récord crediticio se deteriora.
- Conflictos familiares: El 70% de los problemas financieros en familias peruanas surgen por préstamos mal gestionados.
«Muchas personas aceptan ser avales por presión emocional, sin considerar que están firmando un contrato con consecuencias legales reales. He visto casos donde el aval termina perdiendo su vehículo o incluso su vivienda», agrega Sánchez.
Cuándo es Aceptable Avalar
Los expertos sugieren considerar ser aval solo cuando:
- Es una emergencia médica real e impostergable
- Conoces exhaustivamente la situación financiera del solicitante
- Tienes un fondo de emergencia que podrías usar para cubrir pagos
- Estás dispuesto a regalar ese dinero, no solo a prestarlo
Alternativas Más Seguras
En lugar de avalar, considera:
- Ofrecer una cantidad específica de tus ahorros como ayuda directa
- Ayudar al solicitante a reorganizar sus finanzas
- Explorar opciones de crédito con garantías reales
- Recomendar asesoría financiera profesional
La Frase que Debes Recordar
«Si no estás dispuesto a regalar esa cantidad de dinero, no deberías avalar el préstamo», concluye Sánchez. Esta regla simple pero poderosa podría ahorrarte graves problemas financieros y conflictos familiares.
La próxima vez que un ser querido te pida ser aval, recuerda: estás poniendo en riesgo no solo tu dinero, sino también tu tranquilidad y tus relaciones.
Fuente: RPP
